viernes, octubre 28, 2005

Todo en Internet

Todo en internet.

En efecto, internet no se está convirtiendo solo en nuestro “supermercado” de productos, sino también de servicios. Lo de “todo” no lo digo en sentido figurado y como muestra un par de ejemplos:

A) Hace algunos meses, un amigo de la familia me pide que le busque información acerca de algo bastante raro: quiere comprar termitas. Su objetivo final prefiero no detallarlo, pero es fácil suponerlo: las termitas se comen la madera y en este país todavía existen construcciones con este material …
Realizo una búsqueda rápida en internet, y le proporciono un par de números de teléfonos, para que se informe. Efectivamente, hay sitios donde las crían y las venden, su principal negocio son los restaurantes “exóticos”, aunque tienen otros clientes que las utilizan para el envejecimiento de las maderas. Le proporcionan toda la información que necesita y cierra el trato.


B) También hace algunos meses, la caldera de gas de mi casa decidió dejar de funcionar. Lo más rápido (y fácil) hubiera sido ir rápidamente a las páginas amarillas y llamar al fontanero de turno, pero preferí probar en una página web que descubrí unos días antes, y que se llama TodoExpertos
. Además, es verano, hace un calor impresionante y puedo aguantar con el agua fría unos días. Este web tiene su correspondiente sección de fontanería y lanzo la pregunta con todos los detalles del problema y las características de la caldera … a las 24h tenía respuesta de una persona que me describe en un e-mail de aproximadamente 1 página lo que debo hacer para arreglarla, aparentemente es un trabajo fácil. Me decido a seguir su recomendación y ¡voilá! la caldera vuelve a funcionar (gracias a Mr Roca de nuevo!).

Todo esto no son más que ejemplos puntuales, pero vienen a dejar claro dos hechos evidentes.

El primero es la potencia de internet para conseguir cosas, todo lo que sea, todo lo que se te imagine, por extraño que parezca.

Y el segundo, la fantástica difusión de lo que se está denominando “trabajo colaborativo desinteresado” y que coincide con la esencia con la que nació este invento llamado internet: compartir y colaborar. Cada uno se ofrece a colaborar en aquello de lo que más sabe para ayudar al resto, y pide colaboración para aquello que no conoce.
Otra fórmula extendida es la del “trueque” directo y presencial de tareas a través de la red: yo te arreglo el PC y tú me ayudas con la declaración de la renta, por ejemplo.
El que este tipo de fórmulas lleguen y se extiendan en la sociedad es tremendamente positivo, sobre todo porque son mecanismos ya utilizados desde hace años por las empresas entre sí y que nosotros no aplicamos en nuestro día a día. A través de modalidades como el marketing colaborativo (coMarketing), una empresa trabaja conjuntamente con los distribuidores de sus productos para crear las nuevas ofertas o campañas, bien de forma particular o generalizada, en este caso, con el claro objetivo del aumento de las ventas y del beneficio.

Sinceramente, creo que mediante internet y el trabajo colaborativo, en un futuro podemos acabar con ciertos “negocios” que nos sacan el dinero de manera infame (con perdón) sin aportarnos un servicio diferencial: abogados, notarios, registradores, etc. Evidentemente es algo muy complicado, pero seguro que hablar hace algunos años del software “open source” o del “copyleft” también se hubiera considerado una locura. Creo que solo hace falta confianza y un poco de iniciativa, dependemos de nosotros mismos.

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